jueves, 30 de octubre de 2014

Valladolid (Tordesillas): El Rancho Grande

Es un pueblo de la ciudad de Valladolid con gran encanto e historia, estancia de numerosas reinas y donde murió la famosísima reina de Castilla, Juana la Loca. También repleta de arte, muy ecléctico, ya que en el mismo pueblo se puede encontrar estilo gótico, mudéjar y una plaza mayor del s.XVII. Es importante también por sus grandes fiestas como es el Toro de la Vega o el Mercado Medieval que se realiza a principios de Octubre.

Este restaurante, El Rancho Grande, el cual también es pensión se encuentra en el entrada de Tordesillas. En la Carretera Madrid-A Coruña, concretamente en la Calle Colaboradores. Es un lugar muy grande, con un gran comedor y barra, todo decorado en estilo castellano. Además tiene una terraza en la calle cubierta donde se permite fumar.

Ofrecen menú del día y carta, en este caso, escogí carta ya que era la cena y no ofrecen otra opción. Fueron tres platos a compartir, de entrante, pimientos rellenos con bechamel muy fina con una salsa bastante buena. De segundo, carne de buey, concretamente entrecot. La carne, como en la mayoría de los casos se pidió al gusto, en este caso, poco hecha. Buen sabor y tierna, la grasa estaba infiltrada en la pieza, lo que indicaría que es de buena calidad, aunque tal vez, en este caso tenía demasiada. Ambos platos acompañados con una ensalada de la casa, con lechuga, huevo, pimientos, tomate, queso y langostinos.
La variedad de los platos quedó restringida cuando pedimos dos distintos y no tenían ninguno (ni endibias ni revuelto de setas), asíque prácticamente nos vimos obligados a pedir los pimientos rellenos. Puede ser casualidad o no, pero no deberían estar ofertados, o al menos, a la hora de pedir que los clientes sean avisados de éste pequeño incidente.

Por último el precio, me pareció un poco desorbitado, ya que lo que podría subir el precio total era la carne de buey, si contamos que está a casi 30 euros el kilo y pusieron abundante cantidad; pero los otros dos platos eran bastante sencillos. El precio ronda unos 30 euros persona.

Finalmente, creo que es un lugar que podría ser mucho más explotado y mejorado debido a su estratégica situación.

Se puede mejorar.



martes, 21 de octubre de 2014

Cudillero (Asturias): El Faro

¡Por fin publico algo fuera de nuestras tierras Castellanas-leonesas!. Esta vez toca la zona del Norte de España, Asturias, una Comunidad Autónoma con mucho encanto, y con lugares escondidos maravillosos, tanto por su paisaje y cultura como su gastronomía. Es el caso de Cudillero, un concejo mediano, con un relevante puerto pesquero, y el cual tiene un gran atractivo turístico por las casitas que lo forman.

En cuanto a gastronomía, el puerto está muy explotado, repleto de restaurantes con grandes vistas al mar. Yo fuí al Restaurante El Faro, un lugar más escondido, en la Calle Río Frío, por detrás de toda la marabunta de bares y restaurantes. Un lugar apartado y  tranquilo. Tiene una amplísima carta llena de exquisiteces, entrantes muy variados y típicos, fabada, arroces, pescados y carnes.

En este caso, todos los platos eran para compartir. Uno de los ellos, la morcilla matachana con mermelada, muy buena, caliente para poder untarla en los panecillos y darle un toque dulce con esa fruta. Muy fina. No me resistí a pedir la tabla de quesos, ofrecían cuatro tipos diferentes, ahumado, de cabra, de vaca y por supuesto, sin faltar el de Cabrales, queso tipico de dicha Comunidad. Y por último, arroz con pitu de caleya, buenísimo. La carne era fuerte y no conseguía descifrar el sabor, era gallina de corral. ¡Estaba increíble! Una gran sorpresa para mí, ya que siempre había sido un poco reacia a este plato y sobre todo a este tipo de carne, pero estaba tan tierna y sabrosa, que ni se apreciaba.

Todo esto acompañado por un albariño, Mar de Frades, un vino de gran calidad e innovador diseño, con gran riqueza aromática y con un tono cítrico muy agradable.

Por último el precio, en este caso, 30-35 euros por cabeza, contando con que la cantidad es exagerada, además del vino y chupitos. No pude probar los postres, algo que me queda pendiente. Me facilitaron tuppers para poderme llevar la comida sobrante ya que sería una pena que fuera a la basura tanta delicia.

Un lugar muy recomendable, la atención de los camareros también muy grata, la calidad de los platos y productos extraordinaria, y el lugar, muy tranquilo, con mucho encanto. En este caso pude disfrutar de su gran terraza la cual no tiene desperdicio. Sin duda os invito a que visitéis tanto El Faro como la zona de Cudillero, no os arrepentiréis.


Un poquito de Norte.

El lugar me fue recomendado por una amiga a la cual se lo agradezco plenamente ;).